‘Campamentos’ con cartones, cajas a modo de colchón y decenas de personas ocupando pasillos públicos. Es la escena que se ha repetido durante los últimos días en el aeropuerto de Madrid-Barajas a causa del colapso en las salas de asilo, según denuncian fuentes policiales. La situación ha llegado a tal extremo que los inmigrantes han decidido acampar en zonas comunes del aeródromo huyendo de la insalubridad y la basura que asola las mencionadas estancias. Los solicitantes han ocupado distintos espacios de la T-4 satélite, en los que pernoctan y pasan tiempo con otros compañeros frente a la mirada de miles de viajeros que pasan por la terminal para coger vuelos al extranjero.
Lejos de solucionarse, la crisis en Barajas se recrudece día a día. Cientos de inmigrantes permanecen todavía hoy hacinados en las salas de asilo e inadmitidos ante la avalancha de peticiones de protección internacional. Estas estancias triplican su capacidad de aforo. En las mismas hay ahora mismo unas 450 personas, cuando tienen una capacidad de 120. Allí conviven en situaciones pésimas, rodeados de suciedad y durmiendo prácticamente en el suelo. Tanto es así que el Ministerio del Interior ha habilitado una cuarta sala —la segunda provisional que acondiciona en menos de un mes— para atender a los inmigrantes y mejorar su estancia mientras se resuelven sus solicitudes.
Lo que comenzó siendo para el departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska «un incremento puntual» de peticiones ha terminando convirtiéndose en un problema que, ahora, trata de solucionar a la desesperada. Desde el Ministerio han intentado agilizar sin éxito los trámites de la protección internacional e incluso trasladar a una parte de los inmigrantes al Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Madrid. Una petición que finalmente declinó el juez tras posicionarse en contra la Fiscalía: consideraba que las personas en situación irregular no podían equipararse a aquellas que solicitaban asilo internacional.
La visita de ACNUR a Barajas
Por si eso fuera poco, la renuncia de Cruz Roja el martes pasado pilló totalmente desprevenido el área de Marlaska. Esta organización, encargada de atender a los solicitantes y del servicio de limpieza, subcontratado con el Ministerio de Migraciones, decidió retirar «temporalmente» a sus profesionales de las salas de asilo del aeropuerto ante el colapso de inmigrantes y la insalubridad de las mismas. Por lo que Interior busca ahora también una oenegé que se encargue de estos trabajos, mientras el servicio de limpieza de la Jefatura de la Policía de Madrid se ocupa de limpiar las estancias.
Según revelan fuentes policiales, el pasado jueves visitaron las instalaciones distintos miembros de ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, que denunciaron las pésimas condiciones en las que Cruz Roja había desarrollado su trabajo tiempo atrás. A juicio de las mismas fuentes, la presencia de responsables de ACNUR se tradujo en que esta última podría ser la sustituta de la de la oenegé española tras su «salida temporal» de la salas. Junto a esta posible solución, también está la de exigir el visado de tránsito a los viajeros que procedan de Senegal o Marruecos y quieran hacer escala en Madrid. Una medida impulsada por Interior y que el Ministerio de Exteriores pondrá en marcha el próximo 19 de febrero.
Identificación en el aeropuerto
Al hacinamiento y la falta de limpieza, el otro problema al que se enfrentan los agentes es la identificación de los solicitantes de asilo. Sobre todo, cuando se resuelve su expediente y son admitidos o inadmitidos. Fue lo que pasó precisamente hace unos días, cuando los agentes no pudieron expulsar a un hombre al que se le había negado la entrada al país. No fueron capaces de identificarlo. Así, este viernes, la Policía Nacional ha ido identificando uno por uno a los casi 500 inmigrantes que permanecen en el aeropuerto, colocando a cada uno un cártel con su nombre, como se advierte en las imágenes.
En paralelo, el Sindicato Unificado de Policía (SUP), mayoritario en el Cuerpo, ha denunciado ante la Inspección de Trabajo y el Servicio de Prevención de Riesgos labores de la Policía la persistencia de las condiciones precarias y que atentan con la salud de los policías en las salas de asilo. Así, han solicitado que se revisan las salas y en caso de que no concurran las condiciones higiénico sanitarias, se proceda a clausurar las mismas.
‘Modus operandi’
Pero, ¿cómo se ha desencadenado esta llegada en masa de inmigrantes en el aeropuerto? La Policía Nacional viene denunciando desde el mes de diciembre el desbordamiento de las dependencias por la avalancha de peticiones de protección internacional. Se trata sobre todo de personas oriundas del continente africano, Marruecos, Senegal y Gambia, pero también de otros países de Sudamerica como Venezuela. Una situación que también ha desencadenado problemas de seguridad en el aeropuerto. En el último mes, se han escapado de estas estancias 26 inmigrantes, todos ellos de origen marroquí y de los cuales la Policía Nacional solo ha localizado a uno porque resultó herido en su intento de fuga.
El modus operandi de los solicitantes de asilo siempre es el mismo, según relatan fuentes policiales. La mayoría compran billetes de avión con destino a un país de Sudamérica, normalmente Brasil, El Salvador o Bolivia, haciendo una escala antes en Madrid. Como los mencionados Estados no piden visado para los nacionales africanos para poder entrar el país de destino y, en el caso de España, no se exige uno de tránsito, a su llegada a Madrid se les permite hacer la escala en la zona internacional de Barajas.
Una vez allí, los inminentes solicitantes se deshacen de la documentación y acuden al puesto fronterizo a pedir protección internacional. En algunos casos, cuentan las mismas fuentes, esperan a que se haga de noche para colarse, escalando las barreras del puesto fronterizo, en territorio español. Hasta ahora, se han contabilizado 60 viajeros que han intentado entrar de forma irregular mediante este procedimiento, accediendo en algunos casos a las pistas del aeropuerto.