Senegal, Mauritania y ahora Egipto. La Policía Nacional ha detectado en las dos últimas semanas la llegada de distintos aviones patera con decenas pasajeros egipcios que a su llegada al aeropuerto de Madrid-Barajas han pedido protección internacional. Se trata del mismo modus operandi que meses atrás llevaron a cabo también ciudadanos mauritanos y senegaleses. En el caso de estos últimos, su llegada masiva colapsó todas las infraestructuras policiales y de acogida en las terminales. Ahora, indican las mismas fuentes, los flujos migratorios están volviendo a reactivarse con la llegada de egipcios, que piden asilo una vez sobrepasan la zona internacional del aeródromo tras deshacerse de su documentación.
Según fuentes policiales, se han registrado jornadas en las que han llegado «20 pasajeros procedentes de Egipto de golpe, muchos de ellos menores, que han solicitado asilo». «Hubo un repunte que casi desborda una de las salas». Si bien en los últimos días la situación parece haberse calmado, agentes desplegados en el aeropuerto advierten de que puede volver a descontrolarse, al no exigirles a los pasajeros un visado de tránsito para hacer escala en España.
La Policía es consciente de que las mafias han visto en los aeropuertos una nueva ruta de entrada en España más fácil que cruzar el Atlántico en cayuco hacia el archipiélago canario y, por este motivo, advierte de la necesidad de implantar visados de tránsito aeroportuario (VTA) a todos los países del África subsahariana para evitar otro colapso en Barajas. Hasta ahora, se exigen a los pasajeros que vuelan desde Mauritania y Senegal.
Vuelan desde Marruecos
La Royal Air Maroc, la compañía nacional marroquí, ha sido clave en la crisis de Barajas, según las mismas fuentes. La Policía sostiene que la mayoría de personas que ha pedido protección internacional llega a Madrid procedente de vuelos de Casablanca fletados por la aerolínea de Mohamed VI. Un escenario que, tras limitarse con los ciudadanos senegaleses y mauritanos por los visados, ha comenzado a reproducirse en el caso de viajeros egipcios. Vuelos que ya son considerados por los agentes como «una ruta caliente». De hecho, indican estas fuentes, en los últimos días los flujos han descendido porque «se ha informado de la situación directamente en origen a la aerolínea marroquí».
El procedimiento de estos nacionales es el mismo que han llevado a cabo los solicitantes de asilo procedentes de otros países africanos, detallan agentes desplegados en Barajas. Embarcan en Casablanca con la compañía marroquí con destino final a un país de Latinoamérica, haciendo escala en Madrid. Su intención final, en muchos casos, es llegar también a Estados Unidos. Pero al igual que ocurrió con el caso de los pasajeros de Senegal, Estados Unidos presiona a los países latinos y estos últimos exigen tasas cada vez más altas para entrar a su territorio. Por lo que, cuando llegan a Madrid, los nacionales no pueden tomar su vuelo, se quedan en el aeropuerto, destruyen su documentación y piden asilo internacional.
Barajas: un «coladero de inmigración»
En junio, el Gobierno de la Comunidad de Madrid envió un escrito al Ministerio del Interior denunciando que el aeropuerto se había «convertido en un coladero para las mafias que comercian con los seres humanos» y le pedía que llevase a cabo acciones planificadas y coordinadas para frenar esta situación. La prueba de esta realidad, advirtieron, es que «de los 110 menores extranjeros no acompañados que en junio habían llegado a los centros de acogida, prácticamente la mitad lo han hecho a través de Barajas, en su mayoría procedentes de Mauritania». Posteriormente, el Gobierno implantó el visado de tránsito para estos pasajeros.
De esta realidad advirtió también en su memoria anual la Fiscalía de Madrid, poniendo el foco en el caso de los menores, cuya tutela depende de las comunidades autónomas. El Ministerio Público señaló que muchos de los expedientes de protección fueron incoados en el último trimestre de 2023 «debido a la llegada masiva de migrantes no acompañados indocumentados a nuestra comunidad».
El aviso de la Fiscalía
Y «no solo los procedentes de las Islas Canarias, sino también», señalaba la Fiscalía, «y de manera mucho menos controlada, a través del aeropuerto de Madrid-Barajas, en vuelos procedentes de Casablanca y con destino a diferentes países sudamericanos que no solicitan visado de tránsito». Lo que «ha favorecido la inmigración irregular y la proliferación de llegadas de personas que dicen carecer de documentación y que, una vez en la zona de tránsito, no continúan su viaje, sino que solicitan asilo en nuestro país», apuntan.
El Ministerio Público detalla el caso de personas procedentes de Senegal y Somalia que volaron haciendo uso de pasaportes de Kenia, «que después no tenían en su poder, y que según declaran, recogían datos no veraces, como la edad», tras lo que muchos de ellos manifestaban ser menores y carecer de documentación para acreditarlo». Una situación que ha supuesto «un verdadero colapso, no solo en el aeropuerto, sino también en los recursos de primera acogida».